PREMIO CERVANTES PARA LA PRINCESA PONIATOWSKA…
Elena Poniatowska pudo ser reina. Es descendiente directa de Estanislao II Poniatowski, el último rey de Polonia. Toda su familia se asentó por razones de sobrevivencia en Francia, y luego emigraron a México durante la Segunda Guerra. Su segundo apellido es Amor. Aprendió el idioma Español gracias a su nana, una señora llamada Magdalena Castillo, quien nunca sospechó que le estaba enseñando el castellano a una niña que 7 décadas más tarde, exactamente hoy, ganaría el premio Cervantes.
Elena se convierte hoy en la cuarta mujer en ganar este premio que se entrega desde 1975. Polonia la celebra desde la distancia. Francia la saluda orgullosa por haber salvado su vida. México se la adjudica con sentido propio. Estados Unidos recuerda que sus estudios los cursó en Filadelfia y Nueva York. El mundo la disfruta desde hace 1954 por su labor periodística en medios de prensa del mundo.
Poniatowska ha escrito cuentos, novelas, teatro y poesía. Entre las constantes de su obra encontramos la presencia de la mujer y su visión del mundo, la ciudad de México con su belleza y sus problemas, las luchas sociales, la vida cotidiana, la literatura, la denuncia de injusticias y la crítica social. Como creadora, se apoya en los recursos de la entrevista y la investigación periodística e histórica, y quizá por ello su narrativa tiene mucho de testimonio, de reportaje de investigación.
Elena es también sobrina de la poetisa mexicana Pita Amor (1918-2000) y desciende, aparte del ya citado rey de Polonia, del Mariscal de Francia y príncipe Josef Ciolek Poniatowski; su familia cuenta además entre sus antepasados ilustres a un arzobispo, a un músico y a algunos escritores más.
En esta edición de 2013, al Premio Cervantes dotado con 125 Mil Euros, estaba nominada la poetisa cubana Fina García Marruz, otra de las voces femeninas más sobresalientes de la poesía escrita en hispanoamérica; aunque la nominación de García Marruz se vio empañada, al evocarse que la Cubana se encuentra entre los firmantes que respaldaron el fusilamiento de tres hombres en 2003 en La Habana, por secuestrar una embarcación de pasajeros.
Desde 2007, el gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura, ha instaurado el Premio Iberoamericano de Novela «Elena Poniatowska», dotado de 500,000 pesos mexicanos. El ganador de la primera edición de este certamen fue el novelista y licenciado en filosofía mexicano Álvaro Uribe, por su novela Expediente del atentado.
Repasar su legado será una experiencia muy enriquecedora. Quienes hoy ante el impacto de la noticia busquen al menos una sugerencia para entrar dentro de esta mujer de obra basta y extensa, tendrán cobija en “Hasta no verte, Jesús mío”, el relato de una mujer de Oaxaca, México que tras enviudar de un militar y participante en la revolución Mexicana, debe reinventar su vida desde una espiritualidad que se crea para sobrevivir. Elena es una maravilla que no debe pasar desapercibida.