SERRAT: el irresistible vicio por aquellas pequeñas cosas.

SERRAT: el irresistible vicio por aquellas pequeñas cosas.

SERRAT: el irresistible vicio por aquellas pequeñas cosas.

Las militancias son una lluvia de extraños intercambios. Una ciudad del interior con un cine-teatro puede ser un escenario. Sin embargo el azar recurrente podría apuntar en sentido contrario. El cine había sido construido décadas atrás por la familia Infante. En días de milicianos y militantes el mismo recinto pobremente remozado y con una fachada ART DECO bastante minimalista cambiaba de nombre.

El apellido de la familia de antaño era cambiado por el de un Comandante del Ejército Rebelde. Es Holguín, Cuba. Todo puede suceder. Por encima de las nomenclaturas un poeta que canta, hacia escala en días de rigores del Realismo Socialista después de liberarse España de la cruel dictadura de Franco. Se escuchaba la voz de un tal Joan Manuel Serrat. Nada volvería a ser igual.

Como el Dylan de Like a Rolling Stone Serrat ensancho con ambición su horizonte desde sus primeras canciones consideradas por algunos como ingenuas…

De más está decir que el franquismo lo condena varias veces al ostracismo o en su caso al veto televisivo, entre otras prohibiciones, pero la figura de Serrat saldrá siempre victoriosa de los desafíos y censuras. De más está decirlo, este método forma parte del estilismo de las dictaduras. Al otro lado del Atlántico países como Argentina, México o Chile lo acogen como uno de los suyos desde su primera visita a finales de la década de los sesenta. Se le compara con Gardel y se le abren los teatros hasta entonces vetados a la música popular.

Durante los años más duros de las dictaduras latinoamericanas las canciones de Serrat se convierten en refugio o botiquín de primeros auxilios para muchos hombres y mujeres. Serrat es el cantor de la esperanza y la libertad.

Aunque bastarían sus canciones para mantenerlo por siempre en nuestros altares, Serrat no se conformó con eso, y presto su inigualable voz a poemas de otros grandes de su país. La poesía no es de quien la escribe si no de quien la necesita. Su selección y paseo por Antonio Machado, Miguel Hernández y Pablo Neruda lo convierten en cantor de culto y en una de las expresiones más sublimes del vocablo musicalizar tan llevado y traído por pandillas de mediocres en busca de Gloria con el verso ajeno.

Serrat cumple hoy 70 años con el aval de ser uno de los intérpretes que ha colaborado en la transformación cultural de Iberoamérica. La figura de Serrat ilumina estas casi cinco décadas de música popular como la de los grandes creadores que han ayudado a cambiar la sensibilidad de su tiempo y su sociedad. Un cantante y autor, a la vez, culto y popular. Las canciones de Serrat enlazan con la sentimentalidad y argumento de la canción popular española: la copla; y al mismo tiempo tienen el aire mediterráneo de la canción europea de acento lírico. Es el Serrat que se reconoce en Aznavour y Rafael de León, Concha Piquer, en Carlos Gardel y la canción francesa. Es Serrat una cocina melódica que ha acabado dando esa mezcla de sabores irresistibles que ha cambiado nuestras vidas para siempre. Porque después de Serrat somos otra cosa. Somos mucho más que sus canciones. Somos un estilo de vida. Somos el irresistible vicio por aquellas pequeñas cosas.

One thought on “SERRAT: el irresistible vicio por aquellas pequeñas cosas.

  1. Fina, delicadamente desafiante, intensa pero sin insolencia, con equilibrio pocas veces visto, es tu palabra. Debían, sin un atisbo de duda, ser leídas y tomadas por escuela del buen escribir, del estilo propio, muy propio, increiblemen autónomo que supo navegar en las turbias aguas de la rudeza dogmática sin ser amoldada,apelmazada,mutilada como suerte muñeco sin miembros, como dijera Serrat “como el árbol talado que retoña” con la diferencia que este árbol talentoso llamado Sanchez Grass, nunca dobló sus ramas a caprichos e imposiciones. A Dios gracias le tenemos aquí,leamosle, no perdamos ese privilegio.

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