NEBRASKA, LA PELICULA…

NEBRASKA, LA PELICULA...

NEBRASKA, LA PELICULA…

I guess there’s just a meanness in this world…
Supongo que no hay sólo una mezquindad en este mundo…

Bruce Springsteen (NEBRASKA)…

Nebraska es una localización en el mapa. Es la América profunda, árida, despoblada. Nebraska es el título de un disco excepcional. Nebraska es canción. Nebraska es tragicomedia. Es para colmo de suertes un regalo visual y humano con 5 nominaciones a los Oscars de 2014.

Y es que la película de Alexander Payne descompresiona todas las distancias emocionales para en tono de comedia y meditación hacernos repensar los senderos de la vejez, ese estado achacoso en el que regresamos a la niñez y hasta somos víctimas del engaño.

NEBRASKA no es una película más ni se preocupa por un espectador menos. No será éxito en ninguna taquilla. Es cine de autor. Acto para todas las edades. Contraindicado para muchos. Es el perfecto humor balanceado con el toque emocional y humano que visto desde el cine nos doblega como espectadores.

Un hijo y su padre emprenden un viaje realmente físico para cobrar un premio de lotería que no existe y que abre las puertas al repaso de motivaciones dormidas, el relato de los momentos de los que papá no alardeo, las bajas pasiones humanas, la relatividad de ciertas heroicidades. Es la suma de vejez, locura y relaciones truncas, filmados con un pulso de director que hacen sobresalir a Alexander Payne en la lista de los notables del cine americano.

Esta postal de los Estados Unidos alejada del sueño Americano. Esta mirada gélida y fría de centros comerciales vacíos y de gente deseosa y carente es la que se muestra en NEBRASKA, a contrapelo de la idealización desmedida que de la primera potencia mundial se ha construido durante décadas de imperialismo crudo.

La destreza de un guión sin medias tintas, concebido por Bob Nelson (Nominado mejor guión original), el impecable nivel de actuaciones como las de Bruce Dern (Nominado como Mejor Actor) y June Squibb (Nominada como mejor actriz de reparto) y la excelencia de la fotografía en blanco y negro de y del trabajo de dirección general a cargo de Alexander Payne, ambas especialidades también nominadas, hacen de este filme un joya que debe ser consultada por quienes disfrutan de la inmensidad de un cine conmovedor a la usanza de los viejos tiempos en los que la perfecta armonía del contenido y la forma conformaban una largometraje de éxito.

Aunque es considerable el reconocimiento de la crítica, a NEBRASKA se le escaparon otras nominaciones. Perfectamente podría haber alcanzado la de Dirección de Arte y Banda Sonora. Estos dos elementos hacen de NEBRASKA en sentido general la conjugación inequívoca de un filme gracioso que nos sabe amargo. Al mismo tiempo ríes y lloras, y esa es una lección perfecta de melodrama contenido, justo en el momento en el que al padre y al hijo se le acaba el tiempo en medio de la nada. Ellos vienen de ganar un premio que no existe. Ellos vienen sólo para conmovernos. Ojalá se haga justicia y se diga el venidero 2 de marzo muchas veces NEBRASKA.

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