LA PARTIDA INCONCLUSA…

LA PARTIDA INCONCLUSA...

LA PARTIDA INCONCLUSA…

Reinier vive con su novia y su hijo en la casa de la abuela de esta. Por las noches alquila su cuerpo a turistas extranjeros. Por el día hace lo único que en realidad le interesa: jugar fútbol. Yosvani su colega del deporte vive con una chica mayor que le permitió quedarse en La Habana. Reinier y Yosvani se enamoran y conforman una especie de drama romántico. De eso trata LA PARTIDA, la película de Antonio Hens, rodada completamente en Cuba, y que etiquetada como gay, abre puertas en festivales y circuitos de distribución.

LA PARTIDA ha llegado a Miami y atrae a un público interesado en los enfoques y los tratamientos a los temas que se relacionan con la isla. Aborda el filme una temática universal, sólo que los trasfondos se alteran cuando el lunar se le imputa a una sociedad socialista consolidada.

Antonio Hens, quien es un colaborador asiduo del cine cubano, construye con LA PARTIDA, una especie de drama romántico por contraposición, intentando que las características de los personajes protagónicos hagan efecto de espejo, logrando que uno prácticamente se convierta en el otro, trayendo como resultado que ninguno de los dos pueda redondearse como personaje.

La historia, a la que asistimos desde el anuncio del título, y referida al interés creciente por el éxodo entre los jóvenes cubanos, dispuestos a prostituirse con tal de conseguirlo; se diluye en medio de las mal trazadas subtramas del largometraje.

Visto así, aunque se convierta en azaroso determinarlo, se me antoja como espectador que el tema esencial que aborda LA PARTIDA es el destino, articulado a través del amor y la pasión como materia prima imprescindible del cine cubano.La libertad en LA PARTIDA no es siquiera abordada como sentimiento. Se trata de una conquista que subyace y por la cual apenas se lucha, porque la sobrevivencia es la herramienta que mueve todos los hilos argumentales en una Habana decadente, sucia, deteriorada física y moralmente.

Cabe destacar que las actuaciones de Reinier Díaz y Milton García en los roles protagónicos resultan ser bastante desenvueltas y orgánicas, alternando con las presentaciones de Luis Alberto García y Mirtha Ibarra, quienes desde sus desempeños secundarios acaparan toda la simpatía. El restos de los elementos que completan el largometraje logran cumplir con las exigencias de un cine que no destaca por su elocuencia artística.

El apego por el audiovisual de Antonio Hens lo ha mantenido cerca de proyectos como “Boleto al paraíso” de Gerardo Chijona y “Verde verde” de Enrique Pineda Barnet en el rol de productor. Recientemente su contribución a “Camionero” el cortometraje de Sebastián Miló condicionó resultados notorios evidenciados en el resultado final. La noticia de la entrega del Goya 2014 en la sección de Cine Extranjero a la película venezolana “Azul y no tan rosa” le involucra como co-productor.

Pero LA PARTIDA, estrenada en el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, además del revuelo que acarrea el asumir temas poco abordados, No debe ser detonante en su carrera como director. Es lamentablemente una historia que se diluye. Que pudo ser más y fue menos. Nos dejó esperando ante esa necesidad inminente de conmover e inspirar que apenas se siente.

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